Materiales

Pila de hidrógeno

La utilización del hidrógeno como carburante presenta grandes ventajas: es una fuente abundante y tras su combustión solamente se produce calor y vapor de agua. Consecuentemente, estaríamos ante un sistema limpio y silencioso. En contrapartida, es un gas altamente inflamable con lo cual supondría que para su utilización habría que rediseñar los vehículos; además sería costosa la realización de infraestructuras para su distribución.
Recientemente han surgido opiniones contrarias a la utilización del hidrógeno. John Eiler y Tracey Tromp, expertos del Instituto Tecnológico de California, advirtieron en la revista Science acerca de las consecuencias que conllevaría la generalización de esta tecnología. El empleo del hidrógeno en masa liberaría millones de toneladas de este gas, debido a los escapes que se producirían en contenedores, vehículos y canalizaciones. En la estratosfera se produciría vapor de agua extra, lo cual daría lugar a un descenso térmico. Este enfriamiento, podría acelerar la destrucción de la capa de ozono aproximadamente en un 10%.
Es importante señalar, que el hidrógeno no es un recurso natural y debe obtenerse a partir de otras materias primas (agua, biomasa, combustibles fósiles), y a través de una serie de transformaciones en las que se consume alguna fuente de energía primaria (nuclear (electrólisis, termólisis), renovable (gasificación, electrólisis) o fósil (oxidación parcial, steam reforming, gasificación), resultando un proceso de producción menos "limpio" de lo esperado.
En los últimos años han surgido diversas iniciativas para el desarrollo de la tecnologías del hidrógeno. Con este fin, el Departamento de Energía de los Estados Unidos ha destinado más de 1.700 millones de euros para los próximos cinco años y la Unión Europea, dentro del VI Programa Marco (2003-2006), unos 275 millones de euros. Los comisarios Busquin y Loyola de Palacio constituyeron en 2002 el Grupo de Alto Nivel sobre Hidrógeno y Pilas de Combustible, que se fija como principal objetivo alcanzar la cuota del cinco por ciento en combustibles de hidrógeno en el transporte para el año 2020.








                                                                Panel fotovoltaico                


Los paneles o módulos fotovoltaicos (llamados comúnmente paneles solares, aunque esta denominación abarca otros dispositivos) están formados por un conjunto de celdas (células fotovoltaicas) que producen electricidad a partir de la luz que incide sobre ellos (electricidad solar). El parámetro estandarizado para clasificar su potencia se denomina potencia pico, y se corresponde con la potencia máxima que el módulo puede entregar bajo unas condiciones estandarizadas, que son:- radiación de 1000 W/m² - temperatura de célula de 25 °C (no temperatura ambiente).



Hasta ahora conocíamos dos tipos de paneles solares para el aprovechamiento de la energía solar, los módulos fotovoltaicos para generar electricidad y los colectores térmicos para calentar agua. Ambos sistemas son totalmente diferentes e independientes.
partes panel
El rendimiento de los módulos fotovoltaicos está estrechamente ligado a la luz que incide sobre ellos y a la temperatura existente en las células que lo componen. Como bien se conoce, en las características de dichos paneles, la potencia del panel está especificada en base a unas condiciones de prueba estándar: Irradiancia 1000 W/m2, temperatura de la célula 25 ºC, AM 1.5, etc.
Estas condiciones de medida son en el laboratorio, pero en condiciones de uso real, la temperatura en las células es muchísimo más elevada (>50º C), con lo cual, la eficiencia de las mismas cae en una proporción aproximada de TK=-0.44% ºC, reduciendo la potencia del panel significativamente (aprox. 15%).





                                                                  Baterías de litio

Todos hemos oído hablar del efecto memoria, de que debemos sacar la batería del portátil cuando no estamos haciendo uso de ella y un sinfín de consejos que con el paso del tiempo dejan de ser ciertos o directamente nunca lo fueron.Tan solo recuerda que estamos hablando de las baterías de Litio-Ion (Li-Ion).
 No hace falta una carga primera de larga duración, solamente el tiempo normal. Su máxima capacidad se consigue desde el inicio. Al no tener efecto memoria no hace falta que la batería esté descargada para volver a cargarlo. Lo podemos hacer cuando queramos. Incluso en el caso de teléfono móviles es mejor que no siempre se recargue cuando está completamente descargada. Podemos dejar conectada la batería al cargador aunque ya esté llena. No hay peligro de incendio. Si no voy a usar la batería en un tiempo, lo mejor es que la deje sobre el 40% de su carga pero nunca completamente descargada. En cuanto al ordenador portátil, no debemos usar contínuamente el equipo conectado a la corriente y con la batería conectada, por lo que si siempre usas el portátil conectado a la corriente, mejor retira la batería.Una tecnología que está empezando a mover los vehículos eléctricos e híbridos, que hace sonar los dispositivos de reproducción musical, que mueve bicicletas como motos, que permite mantener conversaciones telefónicas con cargas que se cuentan por días o desplazar satélites artificiales en sus órbitas de estacionamiento. 

Las bondades de las baterías de ión litio están relacionadas con una reducción del peso de los dispositivos por unidad. Las baterías de ión litio son más ligeras que sus equivalentes de níquel cadmio o de níquel hidruro, por ejemplo. Y es que los electrodos de las baterías de ión litio de este metal y de carbono son mucho más ligeros, además, el litio es un metal muy reactivo. Existe una gran cantidad de energía potencial almacenada en sus enlaces atómicos, mucha cantidad de energía en muy poco espacio.

Un dato revelador. Mientras que una batería de ión litio es capaz de almacenar del orden de 150 vatios hora de electricidad por kilogramo de peso de la batería, una pila ordinaria de metal de níquel hidruro sólo llega a acoger 100 vatios hora para la misma relación de peso, aunque la configuración más habitual de estas últimas baterías sólo proporcionan entre 60 y 70 vatios. Menos de la mitad de las capacidades de una batería de ión litio. Las llamadasbaterías ácidas de plomo apenas pueden guardar 25 vatios por hora por kilogramo de peso. Seis veces menos que una de ión litio.